En estos días, un líder del sector nos pidió enviar una lista con los que nosotros consideraríamos los cinco mejores Centros de Convenciones del mundo. Lo menos que puedo decir es que muchos de nosotros diferimos en las respuestas, buscamos la opinión de expertos e investigamos por la existencia de rankings ya establecidos en la materia. Lo más revelador es que al hacer esta auscultación, descubrimos que algunos de los recintos más grandes y con alta visibilidad, no son suficientemente flexibles para adaptarse a las necesidades cambiantes del mercado e incluso ya resultan operacionalmente ineficientes. Algunos hoteles, en cambio, están escuchando estas tendencias y respondiendo en ocasiones mejor, lo cual empieza a quitarles participación de mercado a los Centros de Convenciones.
Empiezo así, ya que muchos destinos han inaugurado, están por arrancar operaciones o empiezan la construcción de SU nuevo Centro de Convenciones y Exposiciones creyendo que con ello, de manera automática, ya jugarán en las grandes ligas de nuestra industria; por ello, ahí les van algunas reflexiones:
1. Los organizadores y dueños de eventos en el mundo no seleccionan recintos, seleccionan DESTINOS.- Al llegar a una feria, una postulación o una cita con clientes el presentarse como recinto solo da a conocer “una parte de la historia”. Recuerdo, por ejemplo, cuando la Ciudad de México no había iniciado su promoción institucional en la arena de los congresos (ahora lo hace y lo hace muy bien), quien representaba a la Ciudad era el Centro Banamex, quien aun siendo un excelente recinto y habiendo incluso formado un clúster de prestadores a su alrededor, no llevaba la promesa “completa” de la comunidad receptora de la capital del país, lo que le impedía tener el éxito deseado. Por lo tanto en esta materia la recomendación es: aun cuando exista una fuerza de ventas del recinto para lo internacional, ir siempre cobijado y como parte del equipo del destino en su conjunto.
2. Un destino que está incorporando a su infraestructura un recinto para atraer eventos de “ciudad” o “City-Wide” tiene que alinear su marca o promesa de venta a ese propósito. Acabo de tener el gusto de visitar lo que será el Centro de Convenciones y Exposiciones de Punta del Este en Uruguay que me pareció imponente, pero sé que están trabajando como equipo con el buró y los miembros del sector para que ese destino cambie su narrativa cuando hable con organizadores internacionales: pues no basta con ser un destino atractivo como para turismo residencial y vacaciones, para automáticamente trasladar ese éxito al mercado de congresos (tienen argumentos en materia de tecnología y comercio internacional , por ejemplo); lo mismo aplica para Los Cabos, para poner un ejemplo en nuestro país, en que los congresos no llegarán por ser el “destino de lujo de México o porque cuenta con la mayor cantidad de campos de golf profesionales”.
3. Para un destino no representan ni “el éxito automático”, ni necesariamente “elefantes blancos” pero SI detonan la actividad económica e infraestructura adicional. Acabo de leer un artículo de un gran amigo, en el que se declara optimista de la infraestructura, lo que comparto con el (es mejor contar con un Centro de Convenciones que carecer de él). Hay muchos ejemplos de recintos que en un principio fueron criticados y considerados un potencial “elefante blanco” y que al pasar de los años han demostrado su impacto económico en sus comunidades, me vienen a la cabeza el exitoso Poliforum León o el Siglo XXI de Campeche. Lo que sí es muy recomendable es realizar estudios de factibilidad para decidir sobre la dimensión ideal y asuntos como su localización/distribución física; e indispensable tomar en cuenta el equilibrio entre metros cuadrados, asientos de avión y cuartos de hotel.
4. Es la “comunidad” empresarial o académica la que le da vida a los recintos y por lo tanto son los responsables de su “éxito” y beneficiarios del mismo. Nadie puede poner en duda modelos exitosos como el que nos muestran cada día recintos como Expo-Guadalajara o Cintermex y la sencilla razón es que estos centros nacen , crecen, se expanden y se modernizan al mismo ritmo que sus comunidades empresariales, académicas, industriales y comerciales. No puede ser sólo el gobierno (en muchos casos el inversionista principal) quien debe garantizar su viabilidad; no deben ser siquiera los miembros de la industria de reuniones, sino en todo caso los verdaderos usuarios y gremios los que le den vida y sustentabilidad a los recintos. ¿Qué pasa con los centros en destinos turísticos en donde no hay una comunidad empresarial tan extensa? Tienen que ir a buscar a esos Embajadores a los centros de negocios y académicos del país para que sean usuarios-promotores de dichos edificios.
5. Desde la concepción y diseño del recinto, deben ser consideradas las tendencias del mercado. En la lista que nos pidió este amigo, cada vez que pensaba en un ejemplo determinado decía…….no, “es otra caja de zapatos” pero SI hay ejemplos de recintos estéticos y funcionales (en México sigo pensando que el original de Puebla cumple con esa característica y a nivel mundial en todas las listas salió VANCOUVER como un ejemplo de: sustentabilidad, diseño y apoyo comunitario. Las tradicionales divisiones de salones para “break-outs” sin espacios flexibles para la interacción y el equipamiento tecnológico no son suficientes ya.
6. Un recinto debe ser administrado-operado por empresas o especialistas técnicos, pero no se les puede pedir “magia” en sus resultados si no se les “arropa” en el destino. Hay recintos operados por Gobiernos que lo hacen bien, otros de operación mixta (como Cancun Center) que han superado las expectativas y otros de operación privada con excelencia…..la clave está en que se privilegien criterios profesionales, credenciales de la industria y experiencia en la materia cuando se reclute, capacite y retenga al personal para su operacíon. En esta materia, me queda claro el trabajo profesional que hace como organización la AMEREF en México al priorizar dentro de sus objetivos la capacitación, el intercambio técnico y la generación de indicadores de éxito para la administración de recintos.
Hay mucho que analizar en esta materia, pero una vez más me pregunto si toda esta conversación se tiene que dar alrededor de las instituciones turísticas, económicas, de infraestructura o académicas. Por lo que si ya cuentan con un Centro de Convenciones como destino y se ponen a chambear profesionalmente y en equipo… SI, ¡ya la hicieron!