Las tendencias de los visitantes turísticos del siglo XXI establecen claramente una nueva forma de viajar. Hemos hablado mucho de estas tendencias donde la principal característica es la búsqueda de experiencias es decir, de productos turísticos.
Existen muchas definiciones de producto turístico pero para nosotros en INCUBATOUR, un producto turístico es la puesta en marcha de una idea creativa, a través de la cual disfrutamos un atractivo turístico. Para ello, necesitamos desarrollar toda una logística de operación para disfrutar dicho atractivo y requerimos apoyarnos en servicios turísticos.
Ahora bien, ¿Qué son los servicios turísticos? Son todos aquellos requerimientos que necesitamos para realizar nuestro viaje. Requerimientos como traslados aéreos y terrestres, hospedaje, alimentación, entre otros.
¿Por qué quiero dejar en claro la diferencia entre producto turístico y servicio turístico? Porque quienes viajan por conocer y experimentar, por años han basado su viaje en los servicios turísticos. Pareciera que hay más preocupación por contratar hospedaje y alimentos que las vivencias en el destino o región seleccionado. Sin embargo, hoy estamos en pleno cambio y quienes viajan han entendido que los servicios turísticos satisfacen necesidades básicas, mientras que los productos turísticos son la esencia y el motivo del viaje. Lo curioso es que por años, la mayor parte del presupuesto de estas personas se va en servicios y no en productos. Sin embargo, nos encontramos en plena revolución del turismo y hoy en día los visitantes buscan servicios más básicos y experiencias más sofisticadas. Por lo tanto, su intención es invertir más recursos en los productos que en los servicios.
Entendámoslo así, el viajero del siglo XXI busca tener vivencias durante sus viajes. Su interés no está en los diversos servicios turísticos, sino en las experiencias que pueda vivir. El viajero del siglo XXI se está convirtiendo en un “Coleccionista de Experiencias”, y esta forma de viajar nos deja ver muy claramente que donde debemos trabajar es justamente en desarrollar productos más que servicios. Asimismo, esta diferencia entre producto turístico y servicio turístico nos deja ver una más: la diferencia entre viajero y turista.
Hoy en día escuchamos mucho decir “somos viajeros y no turistas”, como si el término viajero tuviera un estatus especial y el de turista fuera un concepto devaluado. Lo interesante es que a muchos especialistas a quien he escuchado decir esto, les he preguntado la diferencia entre un viajero y un turista y la realidad es que hasta ahora, nadie me ha dado una respuesta convincente más allá de un rollo mareador y redundante.
En mi personal punto de vista, la diferencia radica en que el turista busca servicios turísticos y la experiencia la hace él, alrededor de ciertos atractivos turísticos pero con una fuerte dependencia a los servicios. Por su parte, para el viajero, lo fundamental son los productos y experiencias que va a vivir en un destino y los servicios son solo un complemento a su viaje.
Dicho todo lo anterior, me parece que el turista basa su viaje en los servicios turísticos y el viajero en los productos. Ahora, ya que establecimos la diferencia, ¿Qué debemos hacer? ¿Olvidarnos de los turistas y concentrarnos en los viajeros? Por supuesto que no. Simplemente entender que son dos mercados diferentes y que cada uno requiere satisfactores específicos. Para los turistas, me parece que tenemos oferta de sobra. Para los viajeros, hay que trabajar para generarla. Simplemente, seamos inteligentes y caminemos en ambos sentidos.