Regresé hace unos días de Barcelona en donde participé en la feria IBTM World organizada por Reed Exhibitions. IBTM es una plataforma internacional muy bien organizada para nuestro vibrante sector, en una ciudad ejemplo en cuanto a involucramiento comunitario, marketing de destino (DMO) y atracción de eventos. IBTM es realmente una de las tres oportunidades que tenemos globalmente en el año (junto con las dos ediciones de IMEX) para percibir el ánimo de interacción de los actores, evaluar el desempeño de la industria de reuniones y aprender de tendencias/variables a considerar.
Sin duda , en términos socio-político-económicos, el momento que se vive no sólo en nuestra industria (que es consecuencia de como se mueven todas las demás actividades económicas) sino en general, es uno de incertidumbre. Derivado de esta circunstancia, no pude escuchar, ni leer datos, análisis o pronósticos (que suelen siempre develarse durante este evento que se da al final de un año calendario) que no estuvieran “prendidos con alfileres” ante el desconocimiento de cómo responderán las empresas y asociaciones ante los acontecimientos políticos y reacciones sociales que hemos visto recientemente. Incluso, hubo un panel acerca de las afectaciones que pudieran traer fenómenos como el denominado “Brexit” a la industria de reuniones y parecía que nadie quería aventurarse a decir que el regreso al nacionalismo económico tendría consecuencias para las reuniones como espacio de interacción global (al menos tal y como nos las imaginamos hoy).
Pero desde el punto de vista un poco más práctico yo les diría que si hay dos regiones que se van a ver favorecidas (si saben aprovechar las circunstancias actuales) son Asia-Pacífico en primer lugar y nuestra América Latina por el otro. Esto no quiere decir que países dentro de las otras regiones como, por ejemplo, Canadá, Austria, Dubai o Sudáfrica no estén haciendo las cosas bien y captando una gran cantidad de atención por parte de los organizadores internacionales de reuniones; pero en términos de regiones mi sentir es que tendremos al menos más certidumbre y mejor reacción ante los acontecimientos mundiales.
En cuanto a tipo de reunión, una vez más los congresos de asociaciones demostrarán su resiliencia ante esta incertidumbre (es decir, se seguirán llevando a cabo con la misma periodicidad y objetivos) pero seguramente cambiarán en cuanto a la cantidad de participantes, su origen geográfico e incluso con una posible afectación en las decisiones de sede o de rotación.
En el campo de las exposiciones vislumbro una gran oportunidad para la adopción de tecnologías/estándares globales pero para atacar mercados regionales o locales e impactar comunidades receptoras. Se habla de consolidación entre los gigantes organizadores de expos y su entrada en mercados emergentes pero aliándose con actores nacionales en cada caso para entender y adaptarse a las formas locales de hacer negocios.
Donde sin duda vendrá la mayor pausa en la toma de decisiones (ante esta incertidumbre que empieza a generalizarse) es en la convenciones corporativas, pausa que estará acompañada de mayores controles para el gasto, exigencia de transparencia total en los ahorros que pudieran lograrse para las empresas en la organización de sus eventos y reglas más estrictas para la competencia por el negocio. Dentro de este sub-segmento de la industria de reuniones es donde más importante será ver como los anuncios de consolidación entre gigantes tecnológicos (CVent -Lanyon) y de hospitalidad (Marriott-Starwood; Accor-Fairmont ,etc) jugarán en estrategias de negociación, capacidad de respuesta e incentivos económicos.
Por último, en donde se siente un gran ambiente es en el mundo de los programas de incentivos. Ante la enorme necesidad de incrementar la penetration de mercado de las empresas, de eficientar los procesos de producción-comercialización y de evitar altos costos laborales por rotación de personal, los incentivos (y en particular los viajes de incentivos grupales) vuelven a cobrar mucha vigencia; y en este caso, los destinos exóticos, innovadores, vibrantes y equipados con profesionales que entiendan la dinámica de este mercado tienen una gran oportunidad.
Por todo lo anterior, es que los países y ciudades que le quieran apostar al mercado internacional de las reuniones tienen que afinar su puntería, desarrollar una visión estratégica, impulsar la profesionalización de sus jugadores y agresivamente salir a contar su historia. Unamos como industria para aprovechar coyunturas históricas y seguir presentándonos como constructores de puentes entre países, regiones culturas, industrias e ideologías: las reuniones cara a cara seguirán siendo los mejores foros para ponernos de acuerdo aún en los temas más polarizantes. Como sector, solo unidos podremos jugar el papel que el momento nos está demandando.