Punta Cometa, un lugar especial en el Pacífico mexicano, es la cereza del pastel del recién nombrado Pueblo Mágico Mazunte. En la reciente adjudicación de pueblos mágicos por SECTUR este año, cuatro poblados de Oaxaca se hicieron acreedores a dicha denominación y Mazunte fue uno de ellos. Este lugar es tan hermoso que dedicarle solo unas líneas sería muy injusto de mi parte, por lo que en otra ocasión escribiré de Mazunte y hoy me centraré en Punta Cometa, el lugar más especial de este destino.
Este hermoso lugar es punto de reunión de turistas y lugareños todas las tardes. Pero ¿qué los convoca? La puesta de sol. Como sabemos, las puestas de sol en el Pacífico son espectaculares. Afortunadamente, las he podido apreciar desde los lugares insignia de cada uno de los destinos turísticos mexicanos que miran a este gran océano. Sin embargo, la puesta de sol en Punta Cometa es especial y es prácticamente un ritual.
Y este ritual comienza todos los días alrededor de las cinco de la tarde (varía en horario de verano) cuando la gente comienza una caminata de alrededor de dos kilómetros montaña arriba, para dirigirse a una saliente de tierra con riscos y precipicios. Una vez que se llega a la parte superior de los riscos, una barda de piedra de origen prehispánico delimita un lugar especial, enigmático y que para muchos lugareños es incluso un lugar sagrado. Este lugar se le conoce como Punta Cometa.
La barda de piedra delimita un área comunal protegida por los lugareños y además parece que siglos atrás fue un centro ceremonial zapoteco. La entrada está en lo alto de una loma y está acompañada de una densa arbolada. En ocasiones aquí se hacen ceremonias prehispánicas, donde la entrada es el punto de inicio, ideal para hacer una limpia y pedir permiso para entrar al sitio.
Posteriormente, caminas por diversos senderos donde te topas con miradores naturales hacia cada uno de los impactantes riscos y desfiladeros. Después de caminar unos metros, ahí está, el punto más al oeste de la costa oaxaqueña y que apunta directo al lugar donde se guarda el sol. Para mi sorpresa y a pesar de que el camino es largo, en el sitio se encontraban cerca de 500 personas, de los cuales difícilmente los mexicanos excedían un 10 por ciento.
Y así pasaron los minutos hasta que vimos desaparecer al sol en el horizonte. Me llamó la atención un grupo de extranjeros que parecían de Europa del Este (Ya que hablaban en un idioma desconocido para mi) que al mismo tiempo que el sol lanzaba sus últimos rayos, ellos comenzaron a hacer una oración en su idioma. Otros más aplaudieron y la gran mayoría simplemente guardo silencio y clavó su vista al espectáculo natural que teníamos en frente.
Al terminar la peregrinación, todo mundo bajó la montaña con cierta prisa ya que nos encontrábamos en un sitio natural alejado de cualquier tipo de infraestructura, por lo que todos aprovechamos la poca luz que quedaba para regresar. En ese camino entre el tumulto de gente, pude darme cuenta que había turistas españoles, argentinos, franceses, estadounidenses, ingleses, alemanes y otros europeos que no pude determinar su origen.
Que bueno que vengan tantos extranjeros a disfrutar de un lugar mágico como Mazunte y en particular Punta Cometa, pero ojalá pronto también los mexicanos redescubran su país y puedan visitar lugares tan extraordinarios como la singular, mística y enigmática Punta Cometa.