Como dicen por ahí, hay una mala noticia y una buena:
– La mala es que, como todos sabemos, la desigualdad económica y rezagos sociales en algunos de los destinos de México (y otras muchas partes del mundo) siguen existiendo y todos tenemos una responsabilidad en tratar de resolver esta circunstancia.
– La buena es que, las tendencias en el mercado de reuniones internacionales, pueden contribuir con la solución de estos problemas si se entienden y se actúa estratégicamente sobre ellas.
¿Cuáles son algunas de esas tendencias?
a) CSR: La cultura de las corporaciones, asociaciones e individuos por devolverle algo a las comunidades que visitan en sus reuniones. A esto se le conoce como Responsabilidad Social Corporativa o Congresos con Causa dependiendo del sector de que se trate.
Sin descartar que hay destinos o recintos que sí aprovechan esta tendencia (como Cancún Center quien fue pionero y entendió muy bien esta oportunidad) ha sido difícil que las OCVs (DMOs) conecten con las comunidades locales, encuentren cuales son las necesidades más apremiantes y las “empaqueten” para ofrecerlas a los grupos interesados en reunirse en su destino. Esta estrategia, además de atacar la esencia del beneficio que se busca al atraer reuniones, evita que un destino (percibido como turístico, resort , de lujo o placer) sea considerado frívolo e incluso evita con es ser descalificado en sectores como el farmacéutico que prefiere evadir problemas de imagen.
Así, los médicos participantes en un Congreso, aportan cirugías gratuitas a las comunidades marginadas; los miembros de una corporación se ponen de acuerdo para ir a pintar escuelas rurales en su estancia en el destino; o más en el lado de la sustentabilidad coadyuvan con la reforestación plantando árboles en equipo, por poner algunos ejemplos de actividades que además son divertidas y fomentan el trabajo en equipo.
b) GLocal: Tanto los participantes en reuniones internacionales, como los clientes, organizadores o intermediarios están privilegiando el consumo local y el descubrimiento de los valores /tradiciones intrínsecos de los destinos en los que se reúnen, sin dejar de tener exigencias en cuanto a estándares de calidad globales.
Es decir, por ejemplo, en la parte de alimentos y bebidas, la tendencia individual es hacia un consumo más saludable, de platillos hechos con ingredientes locales y si es posible de aquellos que se disfrutan en los hogares de las familias en el destino. En inglés, el acrónimo que usan es FLOSS (Fresh, Local, Organic, Sustainable y Social); en la parte de hospedaje, vemos cada vez más la proliferación de las empresas de “economía compartida” como AirBnb u otros, con éxito por su estrategia de precios, pero también porque les permite convivir con habitantes locales y experimentar de cerca su modo de vida; esto es perfectamente combinable con aquel los participantes que prefieren la garantía que les da la existencia en el destino de una marca global conocida por sus estándares de hospitalidad.
En la parte de los organizadores, y sobretodo con la necesidad que a veces tienen de producir con alto margen de rentabilidad; resulta a veces más fácil comprar localmente que importar temporalmente o que pasar por todo el proceso aduanal para ello. Los famosos giveaways que antes eran commodities que bien podrían haber comprado en China, ahora buscan que sean productos que digan algo del destino al que visitaron, artesanías locales, vestidos o dulces típicos de la región; incluso si quieren hacer camisetas, gorras o demás con el logotipo de su asociación-corporación, es más fácil en ocasiones mandarlos hacer con empresas locales.
Pregunta: ¿están las Oficinas de Convenciones de los destinos conectando a los organizadores con proveedores que satisfagan todas estas necesidades? ¿Estamos provocando derrama más allá de los tradicionales beneficiarios de la atracción de eventos o turismo?
Una vez más se demuestra la importancia de la existencia de mercadólogos de destino que atiendan las tendencias del mercado pero siempre volteando a ver las necesidades e involucramiento de su comunidad receptora extendida.
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