Por Jorge J. J. Martínez
Poco a poco el mundo se va enterando que la Industria de Reuniones (IDR) es mucho más que eventos sociales, que su impacto económico y cultural en la sociedad va más allá del turismo. La pandemia expuso la importancia de los resultados de reunirse.
Las reuniones tienen diversos motivos, puede ser por placer, negocios, o para resolver los problemas del mundo, como lo hace la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para plantear soluciones que cumplan los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la agenda 2030.
Teresa Solís, Experto de Industria en Turismo Sostenible y Desarrollo Regional para Deloitte—una de las cuatro empresas consultoras más grandes del mundo—señaló que quizá la mayor contribución de la industria de reuniones es generar ese espacio de configuración.
“La industria que más apoya a la transformación es la construcción, posteriormente el turismo; son transversales. Sin embargo la IDR además de que puede ser sustentable por sí misma en sus eventos, reúne profesionales y personas interesadas en temas comunes, capaces de encontrar soluciones complejas.” declaró Teresa Solís.
Ya se nota un cambio cultural y las nuevas generaciones toman la estafeta
Otro elemento transformador de la IDR se refleja en los estándares de calidad ambiental y sustentable en el manejo de grupos y la realización de reuniones. Toda la cadena de valor se está alineando, más allá de los avances ambientales, hay un proceso de cambio cultural que muestra avances, siendo la IDR un canal para mecanización de la buena conciencia.
“El día de hoy no está bien visto que no tengas como parte de la ecuación de tu evento a la sustentabilidad, tanto económica como social y ambiental. Dar plástico de un solo uso o no ofrecer opciones de apoyo a la comunidad receptora del evento son prácticas mal vistas”, añadió Tere Solís, quien también es académica.
Si las nuevas generaciones tienen más conciencia sostenible, significa que hay clientes potenciales e inversionistas que deciden considerando la sustentabilidad. Y en cuestión de resolver los problemas actuales, es tiempo hacer una mayor fusión generacional.
Sí hay beneficios económicos en el camino de la sostenibilidad
La Industria MICE fue una de las más golpeadas en la pandemia, dicho impacto ha acelerado su transformación, punto de inflexión perfecto para dirigir correctamente los modelos de negocio, pues muchas veces la forma en que conseguimos los objetivos es el problema.
“Ya había esfuerzos en materia de mejorar el sector y movernos de una economía lineal a una economía circular, más conscientes desde la cadena de proveeduría de los impactos en la comunidad en términos ambientales como en términos sociales, sin olvidar la rentabilidad económica”, señaló Tere Solís.
Un ejemplo de evolución de modelo de negocio es que ya hay empresas que te ofrecen servicios de energía con paneles solares o plantas de tratamiento de agua pagando renta mensual en lugar de hacer una inversión millonaria que tendrá un retorno de inversión en cuatro años.
“Esto le da negocio a las empresas y les permite continuidad, un posicionamiento distinto y la posibilidad de aspirar a competir en el mercado. El tema es verlo como inversión, no como costo; disminuyes impacto ambiental y costos mientras incrementas utilidades obteniendo un diferenciador cada día más importante para los clientes”, concluyó la experta.