El turismo de romance mexicano en la era de Trump

Tenemos que hablar del elefante blanco en la sala y la industria del turismo de romance no debe ser la excepción: nuestros vecinos y mayores clientes han elegido un liderazgo con un discurso que denigra a nuestro país y a todos nosotros.

Efectivamente es difícil inferir lo que será la Era Trump, pero por el discurso político y los programas de gobierno publicados podemos hacer un ejercicio de escenarios que nos haga plantear estrategias asertivas que nos permita reenfocar nuestros esfuerzos en materia de promoción y oferta en el turismo de romance.

Para cualquiera de estos escenarios hay que asumir que durante la campaña la imagen de nuestro país quedó muy dañada, con o sin razón, este huracán electoral dejo muchos puntos inciertos sobre México, pero no toda la culpa es del otro lado, como lo he sostenido en diversos foros sobre el tema, las ofertas de turismo de romance en México se están “durmiendo” en sus laureles y no están tomándole el pulso al gusto de los clientes: cada vez cuesta más diferenciar una boda en la playa de Cancún a una en Puerto Rico, Miami  o en Hawái – y dentro de unos añitos de una boda en Cuba-.

El panorama es inquietante, pero debe movernos hacia la creación de nuevos espacios, productos y servicios dirigidos a nuestra “tribu”: ese sector de los viajeros norteamericanos que aman a nuestro país, sus tradiciones, destinos y coloridos, ellos son el primer bastión con el cual trabajar: sorprenderlos y encantarlos aún más, que encuentren en nuestros destinos experiencias gratas, inesperadas y una hospitalidad muy cuidada.

Por otro lado, los viajeros millennials y de la generación Z que están empezando a salir en busca de aventuras que presumir: mostrarles un México inédito, moderno, incluyente e inesperado es la respuesta para posicionarnos mejor en ese sector y aumentar la inversión de esos viajeros en nuestros destinos.

También podemos crear espacios de especial interés para las comunidades que están siendo señaladas por el nuevo régimen norteamericano y que viven en los Estados Unidos, proporcionarles un entorno seguro, agradable, incluyente y de gran calidad para realizar sus eventos románticos y sociales con total libertad.

En conclusión, nuestro trabajo es reconocer a nuestros clientes, renovar nuestra oferta de valor a los diversos segmentos de visitantes, trabajar por crear productos y servicios a la medida de los nuevos clientes y crear alianzas en cada cadena de valor basada en principios de calidad, especialización, calidez e innovación: Hoy más que nunca estos son los principios que deben mover a nuestra industria.

Tenemos que hacer de México ese destino incluyente de hospitalidad cálida y de alta calidad cónsona con los tiempos que corren, que los viajeros del norte desean y añoran y que les permita despejarse del discurso oficial de su país y reconocer en México un escape natural, justificado y cercano.

 

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