La semana pasada se llevó a cabo la 41ª edición del Tianguis Turístico de México, considerada la edición “más mexicana” y la cual se celebró en Guadalajara. Sin duda vimos adelantos con respecto a las sedes anteriores, aunque los puntos fundamentales me parece que siguen pendientes.
Pero comencemos por el principio. Guadalajara mostró todo su esplendor y su calidad, demostró que es una ciudad preparada para recibir grandes eventos. La logística, por lo menos en lo que corresponde al destino sede, resultó bastante adecuada. Los detalles logísticos se vieron del lado del organizador como lo comentaremos más adelante.
Los escenarios mostrados por Guadalajara fueron de primer nivel; el recinto Expo-Guadalajara, los hoteles, y los escenarios especiales como Tras Loma, Mundo Cuervo y Jardín Benavento y es que no podíamos esperar menos de este gran destino y más aún cuando el trabajo realizado por Acapulco el año pasado fue también muy satisfactorio, a diferencia de lo que se puede decir de las sedes Puebla en 2013 y Cancún en 2014 que sin duda quedaron a deber.
Por parte del organizador: el CPTM, vimos una importante mejora. No voy a comentar las ya tan sonadas y trilladas cifras triunfalistas de las 37,000 citas, 79 países y más de 900 empresas representadas porque me parece que no dicen mucho. En mi opinión lo verdaderamente positivo a resaltar es que tenemos un Secretario que nos ha sorprendido positivamente ya que se dio el tiempo de estar presente durante todo el evento, tanto en el piso de exposición como en las conferencias de prensa y por primera vez se generó una acción en turismo de reuniones al traer meeting planners internacionales.
Así mismo se lanzó un programa para el turismo nacional donde se pretende que puedan viajar los mexicanos de cualquier condición social por el interior de nuestro país y además en temporadas bajas, con ello… todos ganan. Gran diferencia entre un Secretario que interactúa con su entorno y su antecesora quien fue sin duda la Secretaria ausente.
Los detalles… prácticamente los mismos de siempre. El registro, un caos como ya es costumbre. De llamar la atención los gafetes de prensa para los cuales te piden un sinnúmero de documentos, todo para que al final el gafete no diga el nombre del acreditado y solo se limite a decir “Prensa”. Además, la falla de siempre en el piso de exposición donde se omiten los stands perimetrales y con eso se mata el último pasillo y los stands ahí ubicados. Los stands perimetrales son un principio básico de las exposiciones para generar mejores flujos de los visitantes.
La preguntas es si en México tenemos empresas operadoras de exposiciones tan reconocidas como E.J. Krause, UBM, Tradex o Reed Exhibitions entre otras, ¿Por qué no es alguno de ellos quien opera el evento? ¿Qué no se trata de ofrecer lo mejor de México? Particularmente cuando vemos que año tras año, los errores en operación son siempre los mismos.
La presencia del Presidente de la República, lejos de generar un beneficio, entorpece la logística del evento y elimina prácticamente todo un día. Y que decir del show de los gobernadores que inauguran sus pabellones a horas de citas preestablecidas y con ello, el protocolo político (inútil desde mi punto de vista) se interpone al objetivo comercial del evento.
Otro tema a reflexionar son las grandes inversiones en los pabellones de los estados. Sin duda dan un matiz de feria internacional lo cual es muy positivo. Mi única pregunta es sin son rentables tales inversiones y si el número de compradores y citas preestablecidas lo justifica. Solo para reflexionar.
Lo mejor de todo, es que el Secretario Enrique de la Madrid tuvo muchos aciertos y pudo palpar las fallas y confiamos en que las pueda subsanar para el Tianguis del 2017.
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