En el mundo de las bodas todo se mueve muy rápido desde hace una década, los millennials las parejas que se están uniendo y formando familias por primera vez lo están haciendo con un estilo especial pero sobre todo con motivaciones muy distintas.
Es por eso que hemos visto que la preferencia sobre el lugar donde se realizará la boda se ha movido desde el clásico salón al fresco y relajado jardín y ahora se está moviendo hacia las locaciones que no esperábamos: Ex fábricas, ermitas, antiguas iglesias, ex conventos, antiguos cascos de haciendas, museos, espacios históricos, monumentos arquitectónicos, parques botánicos y muchos otros están siendo favorecidos por esta nueva generación, pero también los administradores de estos espacios se encuentran con estas extrañas propuestas.
Esta generación ha reinterpretado la boda como el punto de partida de una nueva vida junto a la persona que aman, en un gesto de emoción y optimismo deciden comprometerse no porque la tradición lo dice, sino porque ellos lo han decidido, buscado y quieren hacerlo a su estilo y manera.
Por esta razón se me hace importante explicar, desde mi punto de vista, como diseñadora de experiencias y observadora de la conducta de las nuevas generaciones, por qué de este cambio de preferencias y las enumero a continuación:
1.- Los lugares para realizar su boda lo eligen basándose en sus propios valores como pareja, sus intereses y su personalidad. Los lugares deben estar de acuerdo a sus creencias y a su visión sobre el mundo, la vida y el amor y esto simplemente no lo provee un salón de cualquier hotel o un jardín a las afueras de su ciudad.
2.- Los lugares de interés histórico son preferidos no solo por su belleza, sino porque son un ícono de lo que permanece de pie a pesar del tiempo. Va de la mano con esta idea del amor eterno y fiel que derriba barreras y desafía el tiempo.
3.- Desean comunicar un estilo y una estética propia que ellos saben que es peculiar, no les gusta ser encasillados en lo “tradicional” por eso buscaran sedes alternas totalmente inesperadas, es parte de la huella que quieren imprimirle a su celebración.
4.- Conectar con las huellas de un pasado auténtico, valiente, lleno de mitos y leyendas que quieren compartir con sus invitados, un lugar místico con una historia especial que los abrace y sea el centro de atención de esa celebración.
5.- Eligen también lugares donde la vida esté en movimiento a cada paso, donde puedan disfrutar de la naturaleza, conectar con ella aunque sea ese instante de su celebración.
Todo esto también, con el especial interés que el dinero que están invirtiendo en la locación para su celebración, que puede variar desde unos 3 mil a unos 25 mil dólares, será a su vez reinvertido en la conservación de ese espacio especial junto con el sentimiento de que su boda está contribuyendo a su permanencia y disfrute de las siguientes generaciones.
Esta es una tendencia en alza, que estamos viendo no sólo en las bodas sino en el turismo de reuniones en general, las personas están buscando una conexión más profunda con los lugares donde se reúnen más allá de lo “práctico y conveniente” desean experimentar lo que esos lugares tienen para ofrecerles.